Tenderos en Colombia, tradición, resiliencia y transformación digital



Tenderos en Colombia, tradición, resiliencia y transformación digital en el 40% del comercio nacional, cada agosto, Colombia celebra el Día Nacional del Tendero, una fecha que rinde homenaje a más de 500.000 tiendas de barrio que sostienen buena parte de la economía popular y representan alrededor del 40 % del comercio minorista nacional. Estos pequeños negocios no solo dinamizan el consumo cotidiano, sino que también generan empleo directo para cerca de 575.000 personas, consolidándose como un motor esencial en la vida social y económica de los barrios.

En un país marcado por la diversidad cultural, la desigualdad social y los desafíos económicos, los tenderos cumplen un papel que va más allá de vender productos básicos. Su presencia fortalece la confianza comunitaria, mantiene la cercanía en las relaciones sociales y sostiene la economía familiar en estratos populares. Sin embargo, la coyuntura actual plantea retos que ponen a prueba su capacidad de adaptación: caída de ventas, cambios en los hábitos de consumo, mayor competencia de grandes cadenas y el avance del comercio electrónico.

Pese a estas dificultades, el sector muestra señales de transformación y modernización, de la mano de la digitalización y nuevas herramientas tecnológicas que permiten optimizar la gestión diaria de los negocios.

Panorama actual del canal tradicional

Un reciente informe de Servipunto reveló que, durante el primer semestre de 2025, las ventas de las tiendas de barrio disminuyeron un 1,9 % respecto al mismo periodo del año anterior. El análisis también muestra una caída del 9,8 % en las transacciones y del 9,9 % en las unidades vendidas, reflejo de una contracción en los hábitos de compra de los hogares.

Estos resultados se suman a los hallazgos de un sondeo realizado por Fenalco, el gremio de comerciantes, que indicó que en 2024 el 82 % de los tenderos mantuvo o redujo sus ventas y que un preocupante 30 % consideró cerrar su negocio durante el último año.

Factores como la inflación, el encarecimiento de insumos, el aumento del comercio informal y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores han golpeado el desempeño de este canal tradicional. No obstante, la resiliencia del tendero colombiano se mantiene como un signo distintivo frente a la adversidad.

La digitalización: una oportunidad de transformación

Uno de los aspectos más alentadores es la rápida adopción de herramientas tecnológicas. De acuerdo con Fenalco, más del 85 % de los tenderos utiliza hoy su celular como herramienta de trabajo, ya sea para comunicarse con proveedores, atender clientes o administrar inventarios. Asimismo, cerca del 40 % se abastece a través de plataformas digitales, lo que evidencia un cambio cultural en la forma de gestionar el negocio.

En este contexto, soluciones como el Punto de Venta en la nube se posicionan como un aliado estratégico. Plataformas como Alegra.com, líder en software contable y de gestión para pymes y contadores, permiten a los tenderos registrar ventas en segundos, controlar inventarios en tiempo real, automatizar procesos y llevar un historial de cada transacción.

La incorporación de estas herramientas no solo facilita la administración, sino que abre la puerta a tomar decisiones basadas en datos, anticiparse a cambios en la demanda y profesionalizar la operación.

“Los tenderos necesitan apoyo en lo esencial: controlar la mercancía, manejar el flujo de caja y reducir la carga administrativa. Nuestro propósito es democratizar la tecnología en el mostrador, para que con herramientas simples puedan centralizar la información, automatizar procesos y conseguir información que les permita hacer crecer sus negocios”, afirmó Jorge Soto, CEO de Alegra.com.

Estrategias clave para fortalecer la tienda de barrio

La modernización del canal tradicional no significa abandonar su esencia de cercanía y confianza, sino combinarla con prácticas más eficientes. Entre las recomendaciones destacadas por expertos y gremios se encuentran:

  1. Adopción de herramientas digitales: implementar sistemas de gestión en la nube que permitan un control preciso de inventarios, ventas y facturación.

  2. Diversificación de medios de pago: incentivar el uso de billeteras digitales, códigos QR y datáfonos, lo que amplía las opciones para los clientes.

  3. Servicios de valor agregado: incorporar recargas de celular, giros o domicilios, lo cual genera mayor flujo de clientes y fidelización.

  4. Análisis de consumo inteligente: apoyarse en reportes de ventas para identificar los productos de mayor rotación y mejorar la planificación de compras.

  5. Capacitación continua: participar en programas de formación impulsados por proveedores, gremios y plataformas tecnológicas que refuercen habilidades administrativas y comerciales.

Estas acciones no solo ayudan a enfrentar la caída en las ventas, sino que consolidan un modelo más competitivo en un entorno donde el consumidor es cada vez más exigente y digital.

El impacto social y cultural del tendero

Más allá de los números, las tiendas de barrio tienen un profundo impacto social. En los barrios de estratos 1, 2 y 3, donde se concentra más del 95 % de estos negocios, el tendero se convierte en un aliado de la comunidad. No se trata únicamente de vender productos, sino de:

  • Brindar crédito informal a vecinos en momentos de dificultad.

  • Ofrecer cercanía y confianza, al conocer los hábitos de consumo de cada familia.

  • Servir como punto de encuentro social, donde se comparten noticias y experiencias cotidianas.

  • Aportar seguridad comunitaria, gracias a la constante presencia en la zona.

En este sentido, el tendero desempeña una función económica y social que difícilmente puede ser reemplazada por grandes cadenas o plataformas digitales.

Retos del futuro

El principal desafío es garantizar la sostenibilidad de estas tiendas en un escenario donde los grandes supermercados y el comercio electrónico avanzan con rapidez. Para lograrlo, será necesario:

  • Impulsar políticas públicas de apoyo, que incluyan programas de financiación accesible, alivios tributarios y formación digital.

  • Fomentar alianzas entre proveedores y tenderos, que permitan mejorar las condiciones de abastecimiento y ofrecer precios más competitivos.

  • Promover la asociatividad, a través de cooperativas o grupos de compra que fortalezcan el poder de negociación de los tenderos.

  • Continuar con la digitalización, para que la tienda de barrio no solo sobreviva, sino que compita con propuestas modernas de servicio al cliente.

Vea también: El poder de la inteligencia artificial emocional

El Día Nacional del Tendero no es solo una fecha conmemorativa, sino un recordatorio de la importancia de un sector que sostiene gran parte del comercio minorista en Colombia y que, además, fortalece los lazos comunitarios en los barrios.

Los más de 500.000 tenderos representan la tradición, la resiliencia y la capacidad de adaptación de la economía popular. Hoy enfrentan un contexto difícil, con ventas a la baja y cambios acelerados en los hábitos de consumo. Sin embargo, la incorporación de la tecnología y la digitalización abre un camino de transformación que puede garantizar su permanencia y crecimiento en el futuro.

La tienda de barrio seguirá siendo, por muchos años más, el corazón del comercio cotidiano en Colombia: un espacio donde conviven la tradición, la innovación y el espíritu solidario que caracteriza a la economía comunitaria del país.

Tomadohttps://america-retail.com/paises/colombia/tenderos-en-colombia-tradicion-resiliencia-y-transformacion-digital/ 

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