¿Estas preparado para la nueva era de tratados comerciales?


Los tratados de libre comercio abundan. Y el gobierno hace llamado a gritos: hay que aprovechar las oportunidades. Lo cierto es que los TLC van desde Centroamérica hasta Corea y desde Estados Unidos hasta Europa. Las Mipymes, dijo recientemente el ministro de Comercio Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, tienen un mercado potencial a la vista.

Pero la pregunta es: ¿Los directivos Mipyes están preparados para afrontar el nuevo reto? Y cuáles deberían ser sus principales atributos?

Los cierto es que la manera de administrar los negocios y de hacerlos viables en el tiempo han cambiado de forma vertiginosa. Pero no es un asunto que compete sólo a las grandes organizaciones, a las multinacionales y trasnacionales: es una obligación de las Pymes, tradicionalmente gobernadas bajo los caprichos de sus propietarios y, hoy más que nunca, expuestas a los riesgos de la globalización.

Aunque en los últimos diez años se ha notado un importante relevo generacional, aún persistente deficiencias en la dirección de las pequeñas y medianas empresas colombianas, lo cual les resta productividad y competitividad, un problema que se hace extensivo a la mayoría de los países de América Latina, según un documento del departamento de investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Las cifras son contundentes: menos del 3 por ciento de las Pyme tiene direccionamiento estratégico, define metas, tiene planes de mercadeo, sistemas de indicadores y claridad del entorno en que se desempeñan, según el consultor empresarial César Torres.

Es un problema de gerencia y de liderazgo. Según la base de datos de la Cámara de Comercio de Bogotá el 25 por ciento de las empresas de cada una de las actividades quiebra antes del tercer año de vida, porque no están orientadas a los mercados, dice Cesar Torres, quien agrega que las Pymes saben producir pero no saben vender. En la práctica es un defecto que parte de la cúpula de la organización.

El BID tiene el mismo argumento, pero lo relaciona más que todo con las deficiencias en la mano de obra. La experiencia internacional sugiere que hay una relación positiva entre el incremento de la presión competitiva y la exigencia a los recursos humanos involucrados en los procesos de capital humano, tales como la autonomía de trabajo y la cooperación con la gerencia y los colegas, responsabilidad, flexibilidad y comunicación.

En últimas también es un problema de gerencia, según se deduce de un estudio realizado el año pasado por la Asociación Colombiana de Gestión Humana (Acrip). Muchas empresas no realizan una adecuada selección de personal, la vinculación de los empleados se realiza por recomendaciones -sin tener en cuenta el concepto de competencias- (que sí lo tienen las grandes corporaciones) y por tratarse, en su mayoría, de empresas familiares no tienen una política adecuada de méritos.

El gerente Pyme, explica la sicóloga y experta en cazatalentos, María Alejandra Rico, debe entonces cambiar su mentalidad. El mundo actual hace que él trabaje con pensamiento estratégico -es decir que visualice claramente el futuro-, acuda a procesos como el coaching, vaya más allá del día a día, aprenda a comunicarse eficientemente, aplique los criterios de inteligencia emocional y tenga claro el Poes (Planeación, Organización, Ejecución y Seguimiento).

Aunque es imposible clasificar los atributos que debe reunir un gerente Pyme porque cada situación, sector y empresa tienen sus propias características, una reseña debería contener por lo menos estos siete mandamientos:

Flexibilidad al cambio. Los gerentes Mipymes están muy apegados a la tradición, a los viejos métodos de administrar y dirigir los negocios, pero el mundo globalizado, altamente competitivo y exigente, requiere una alta dosis de capacidad para adaptarse. El viejo dicho de ?siempre lo he hecho así? está mandado a recoger. Puede implicar lo que Kenichi Ohmae llama “la muerte súbita de las empresas”.

Innovador. Ya no basta tener un producto y un mercado asignado. Las costumbres y los hábitos de los consumidores se han vuelto altamente cambiantes, entre otras cosas porque no existen mercados cautivos. De modo que el gerente debe ser un líder que genere cambios y ajustes oportunamente, que visualice nuevas oportunidades del negocio.

Creativo. La creatividad designa la habilidad del tomador de decisiones para combinar o asociar ideas de manera única para lograr un resultado nuevo y útil. El tomador de decisiones creativo es capaz de captar y entender el problema de manera más amplia, aún de ver las consecuencias que otros pasan por alto. Sin embargo, el mayor valor de la creatividad está en el desarrollo de alternativas. Son creativos y pueden generar suficientes ideas para encontrar el camino más corto y efectivo al problema.

Buen juicio. El término juicio se utiliza para definir la habilidad de evaluar información de forma inteligente. Está constituido por el sentido común, la madurez, la habilidad de razonamiento y la experiencia del tomador de decisiones. El buen juicio se demuestra a través de ciertas habilidades para percibir información importante, sopesar su importancia y evaluarla.

Se prepara. Ya no basta la sola experiencia, aunque esta es muy importante. Pero el gerente moderno debe saber idiomas -por lo menos uno o dos adicionales al original-, conocer los principios de la gestión financiera, la logística, el marketing y la tecnología. No se trata de ser un experto, pero entender las bases de estos fundamentos lo hacen un poco más integral.

Sabe comunicar. Cuando no se comunica bien se generan ruidos y malos entendidos. En las Pymes colombianas esta es una falla que se ha detectado, aunque en los distintos programas de especializaciones y maestrías incluye esta área. Importante también es que se vaya incorporando el concepto de la comunicación corporativa y la comunicación de crisis.

Comprende la importancia de los Recursos Humanos. Como lo plasma el informe del BID una de las fallas de las Mipymes es que padecen los problemas de selección de personal. Al vincular empleados inapropiadas, al no hacer una selección por competencias y al no disponer de unos principios y valores claros y precisos, se presentan los problemas de rotación, que según el estudio de Acrip afecta al 63 por ciento de las empresas pequeñas y medianas del país.

Tomado: www.latinpymes.com

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